Cuatro Escenarios para los Juegos Suramericanos

Nombre del proyecto: Escenarios Deportivos Juegos Suramericanos 2010
Socios: Felipe Mesa - Plan B Arquitectos
Lugar: Medellín, Colombia
Fecha: 2009
Área: 30.694 m2
Tipo: Deportivo
Cliente: Alcaldía de Medellín / Sociedad Colombiana de Arquitectos de Antioquia / INDER
Colaboradores: Alberto Aranda, Andrés Cardona, Carlos Bueno, Esteban Monsalve, Luisa Restrepo, Luz Rocío Lamprea, María Alejandra Pérez, Susana Somoza
Practicantes: Andrea Retat, Andrés Prado, Damián Mosquera, Diego Erazo, Juan Pablo Buitrago, Julio Gallego, Julio Moreno, Lucia Largo, Luisa Amaya, Marcela de la Hoz, María Camila Giraldo, Sandra Ferrer, Sebastián Serna, Verónica Betancur, Yerickson Rodríguez. Concurso: Ana Prado, Andrés Sarmiento, Carlos Acero, Carlos Bueno, Fredy Pantoja, Jaime Borbón, Jairo Ovalle, Luz Rocío Lamprea.
Premios y reconocimientos: Ganador VIII BIAU 2012
Colección permanente Pompidou (Paris), CMOA (Pittsburg)
Nominado premios MCHAP 2014
Fotografía/Renders: Iwan Baan, Sergio Gómez, Veronica Restrepo
Diseñados por Giancarlo Mazzanti y Felipe Mesa, los cuatro estadios de baloncesto, voleibol, combate y gimnasia para los IX Juegos Deportivos Suramericanos, fueron los ganadores del primer premio del pasado Concurso Internacional de Arquitectura, Urbanismo y Paisajismo, promovido por la Alcaldía de Medellín y la Sociedad Colombiana de Arquitectos de Antioquia. 

El proyecto fue planteado como una nueva configuración geográfica al interior del alargado Valle de Aburrá, a medio camino entre el cerro Nutibara y el cerro El Volador. Es una topografía arquitectónica con cualidades específicas paisajísticas y espaciales; desde la lejanía o desde lo alto posee una imagen geográfica abstracta y festiva y desde su interior, el movimiento de la estructura de cubierta genera el acceso de una luz tenue y filtrada, adecuada para la realización de eventos deportivos.

Este complejo de escenarios deportivos entiende lo interior y lo exterior, lo edificado y lo abierto, de manera unificada. El espacio público exterior y los coliseos se plantean en una relación espacial continua, gracias a una gran cubierta construida a través de unas extensas franjas de relieve. Los cuatro coliseos funcionan de manera independiente, pero desde el punto de vista urbano y espacial se comportan como una gran unidad con espacios públicos abiertos, espacios públicos cubiertos, e interiores deportivos. 

Así mismo el proyecto se suma al sentido urbano existente, respetando la posición del coliseo Iván de Bedout, permitiendo ventajas como la continuidad e introducción visual y peatonal de la Carrera 70 al interior de la unidad deportiva Atanasio Girardot; la creación de cuatro nuevas plazas triangulares y conectadas, que enriquecen el espacio urbano del paseo de la Carrera 70, permitiendo el intercambio social y deportivo, y la  libre circulación peatonal alrededor de todos los edificios.